Más allá del latín y del convento: Un recorrido por la literatura medieval de autoría femenina

Profundización

Rosvita de Gandersheim e Hildegarda de Bingen no son figuras aisladas. Muchas otras mujeres se dedicaron a la escritura en la Edad Media, en latín y en lenguas vernáculas, aunque no podamos conocer los nombres de todas. En el ámbito cortesano, la educación en latín es fundamental también para las nobles, de quienes conservamos abundante correspondencia en dicha lengua. En el ámbito religioso, monjas de distintas órdenes, así como anacoretas y beguinas pusieron sus obras por escrito en latín o en sus lenguas maternas, a veces con peligro para su propia vida: unas acabaron siendo santas, otras quemadas en la hoguera. Hubo también voces femeninas en el campo de la literatura amatoria, en el que destacan Eloísa, las trovadoras occitanas, la poeta andalusí Wallada o la castellana Florencia Pinar. No faltan traductoras como la enigmática María de Francia o autoras profesionales como Cristina de Pizán, cuya Ciudad de las damas reivindica el papel de las mujeres y las defiende de los argumentos misóginos tradicionalmente vertidos contra ellas.

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