El escepticismo: el antidogmatismo como vía para conseguir la felicidad.

Iniciación

El escepticismo, como corriente filosófica, emergió en respuesta a la incertidumbre generada por los postulados que afirmaban una verdad única e inmutable. Los filósofos escépticos cuestionaron la existencia de tal verdad dogmática. En su lugar, promovieron la suspensión de juicio (epoche) ante cualquier afirmación como medio para alcanzar la tranquilidad del alma (ataraxia) y, por consiguiente, la felicidad.

Esta filosofía presenta una perspectiva radicalmente crítica y cautelosa ante las afirmaciones categóricas, abogando por una postura de duda metódica. La ataraxia, entendida como una serenidad interior desprovista de perturbaciones, se convierte en el objetivo central del escepticismo. Al liberarse de las creencias dogmáticas, se busca alcanzar un estado de equilibrio emocional y mental.

El escepticismo ha dejado una profunda huella en la historia del pensamiento occidental, desafiando nociones arraigadas y promoviendo la valoración del cuestionamiento y la reflexión como herramientas fundamentales para la búsqueda de la sabiduría y la plenitud humana. Su influencia perdura, subrayando la importancia de mantener una mente abierta y crítica en la exploración del conocimiento y la verdad.

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