Epicuro y la filosofía del placer.

A partir de su concepción atomista de la naturaleza, Epicuro excluyó cualquier intervención divina, proponiendo una vía hacia la felicidad basada en la búsqueda del placer. Su objetivo primordial era alcanzar la felicidad, que para él significaba la ausencia de perturbaciones tanto a nivel psíquico (ataraxia) como físico (aponía). Para poner en práctica este ideal, Epicuro se refugió en su jardín, donde junto a sus amigos y seguidores, adoptó un estilo de vida sencillo y anónimo, alejado del ajetreo y el bullicio de la polis.

Este enfoque filosófico revolucionario no solo cuestionaba las creencias religiosas predominantes, sino que también proponía una nueva perspectiva sobre la búsqueda de la felicidad y el bienestar. Epicuro creía que al comprender la naturaleza y sus leyes, los individuos podían liberarse de temores y preocupaciones innecesarias, permitiéndoles vivir de manera más plena y tranquila.

Su influencia se extendió a lo largo de los siglos, dejando una marca duradera en la filosofía occidental y en la concepción moderna de la búsqueda de la felicidad y la realización personal. La filosofía de Epicuro sigue siendo relevante hoy en día, recordándonos la importancia de la búsqueda de la tranquilidad y el placer en nuestra búsqueda de una vida plena y satisfactoria.

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