Los herederos de Parménides: Empédocles y Anaxágoras

Profundización

Protagonizan esta tercera sesión dos filósofos que intentan solucionar las contradicciones que habían surgido entre la evidencia de un mundo en constante cambio y el postulado lógico de un Ser ingénito, imperecedero e inalterable: por una parte, Empédocles, con su propuesta de los cuatro elementos y de la interacción entre estos por causa de dos principios antagónicos, Amistad y Odio, que van ganando predominio alternativamente en un eterno ciclo cósmico. Por otra, Anaxágoras, que cree en una sola entidad material, pero compuesta de innúmeros componentes, que obedece a los principios ordenadores de una entidad a la que denomina Intelecto.

Empédocles, arraigado en la tradición pitagórica postuló que la realidad estaba compuesta por cuatro elementos fundamentales: tierra, agua, aire y fuego. Que no solo constituían la sustancia básica del universo, sino que también interactuaban bajo la influencia de dos fuerzas cósmicas opuestas: Amistad y Odio. Imaginaba un eterno ciclo cósmico en el que estos principios antagónicos ganaban predominio alternativamente.

Anaxágoras sostenía la existencia de una única entidad material compuesta por innúmeros componentes indivisibles que denominó «nous» o «intelecto«. El intelecto era el principio organizador que confería orden y estructura al cosmos, evitando así las contradicciones inherentes a la teoría de Parménides.

Ambas propuestas reflejan la búsqueda de una síntesis entre el cambio perceptible en el mundo y la necesidad lógica de un principio inmutable. Empédocles ofreció una explicación dinámica que reconciliaba la variabilidad del mundo con la necesidad de orden. Y Anaxágoras aportó una perspectiva que fusionaba la multiplicidad de la realidad con la unidad lógica de un principio rector.

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