Ciudad de comerciantes, Imperio de negocios

Iniciación

En esta sesión comprobaremos cómo derecho y economía se retroalimentaron y crearon unas estructuras económicas y jurídicas todavía presentes entre nosotros.

El Derecho y la economía, la economía y el derecho; dos aspectos siempre unidos que permitieron el crecimiento de Roma hasta alcanzar el desarrollo cultural, político, militar y económico del Imperio.

De la incipiente economía agraria se pasó a una economía en la que el comercio adquirió una importancia creciente y los bienes demandados ya no fueron solamente los necesarios para la subsistencia, sino también bienes de consumo.

En los primeros tiempos de la economía romana la producción agrícola era fundamental para el sustento de la población y también se utilizaba para pagar impuestos y tributos al Estado. A medida que Roma se expandió el control de nuevas rutas comerciales y recursos, incentivaron el comercio y el intercambio de bienes y servicios.

Roma se convirtió en un importante centro de comercio debido a su posición geográfica estratégica, era un punto de encuentro para las rutas comerciales entre Europa, Asia y África.

El sistema monetario romano facilitó las transacciones comerciales y promovió el intercambio económico a gran escala. El imperio comenzó negocios con diversas regiones y culturas, importando productos de lujo como especias, sedas, perfumes y metales preciosos.

La economía comercial de Roma no solo se basaba en bienes físicos, sino también en la prestación de servicios financieros y comerciales.

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